Una dosis para olvidar los problemas 

Me dijeron, experimenta con esto, toma una dosis y olvídate de tus problemas, esta es la salida más rápida para escapar de tu realidad tan confusa y dolorosa, ¡Mentira!, no voy a experimentar nada, sabía muy bien que eso era entrar a un recinto sucio donde me convertiría en prisionero de adicciones pasajeras, sabía que era una dosis con sabor a vacío y soledad aunque se disfrazara de sosiego, no podría imaginarme así de derrotado, en el suelo como si me hubieran dado una paliza, me di vuelta, corrí y me alejé tanto pude de ese lugar. 

¿No es así la situación que viven muchos de nuestros jóvenes?, en verdad quisiéramos que la situación fuera como la relatada, correr y alejarse de ese mundo oscuro, sin embargo, para los que no logran y caen allí, siempre en sus mentes retumba ese “¿Por qué lo hice?”.  

Descuida, no todo se ha perdido, puedes salir de allí, no trates de hacerlo en tus propias fuerzas, sabemos cuánto pueden llegar a aferrarse las adicciones, pero aferrarse al SEÑOR es medicina, vendaje para el caído, sanidad y limpieza espiritual, en la Fundación Antioquia trabajamos con el plus de esta medicina, trabajamos para la vida, con amor y acercamiento para los que más lo necesitan. 

Nuestro equipo profesional experimentado en estos casos, cultiva los valores en comunidad, trata los problemas con una visión diferente, restablece al individuo de adentro hacia fuera, podrá tener la fortaleza para afrontar nuevamente al mundo y desenvolverse como un agente de aportes positivos.  

Centro de rehabilitación Fundación Antioquia

Un problema interno más que uno externo

Era una noche fría, iba manejando mi auto y me encontré pasando por una calle oscura, llena de basura, en ese momento subí mi ventana y detrás de su seguridad me refugié, vi como unas cuantas llantas ardían y cerca de ellas, una fogata hecha con madera restante de estiba daba calor a algunos habitantes de calle que acercaban sus manos mientras se consumía el fuego, continué mi camino y más adelante, en verdad tuve miedo, cuando sorpresivamente se me acercó uno de ellos al parabrisas, no pude distinguir en su rosto facciones naturales, sus ojos estaban en otra conspiración, su boca pasaba por una gran resequedad que sus labios estaban partidos, en medio de todo eso y aún con algo de razón, pasó su mano por mi ventana y pidió mi ayuda.

Tanta necesidad podemos encontrar dentro de alguien que decidió o se vio envuelto por las circunstancias de su entorno. Como en la historia, estas personas se enfrentan a la oscuridad, al frio inclemente, a que los que pasan por allí suban su ventana y los aparten, a que las drogas sea su pan de cada día dentro de una vida que ellos no son conscientes que tiene un mejor destino.

Nosotros creemos en el trabajo que se hace de adentro hacia afuera, tomamos aquella mano que pasó por la ventana y la atraemos hacia un mejor mañana, le damos herramientas y promovemos su independencia, contamos con una experiencia de más de 20 años, donde hemos visto vidas 100% restauradas.